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25 de abril de 2010

Mi mundo de fantasía


“Vives en un mundo de fantasía” , dicen cuando uno se niega a aceptar la realidad, un concepto sobre todo adoptado en la primera etapa de nuestra vida. A mi parecer sin duda la mejor, la de la inocencia, la de los sueños, la de la amistad eterna, el amor platónico, los colores, el atrevimiento, las noches tranquilas y los días llenos de energía.
Las pequeñas cosas son un mundo y todo es tan…auténtico.

Cuando te quieres dar cuenta has llegado al instituto y ahí comienzan las complicaciones, las personas cambian, sufres las primeras decepciones y ves cómo poco a poco van aflorando las envidias, los desplantes, ese canibalismo por parte de personas que considerabas ingenuamente “amigas para siempre”, y por más que intentas comprender, luchar por no romper el hilo que os une, no te dejan otra opción que dejar caer por primera vez la venda que cubre tus ojos y recibir la calurosa bienvenida al mundo real.

Bienvenido a la hipocresía y al materialismo, bienvenido al fantástico mundo de las maravillas humanas, ese hermoso y placentero lugar donde se supone crecemos, maduramos y vivimos. Donde el sinónimo de hacerse mayor es equivalente a responsabilidades y obligaciones que uno jamás deseó ni eligió vivir.

Así es. Mejor dicho, así lo hemos hecho. Es el mundo que nadie quiere pero el que hemos ido marcando con la supuesta “evolución”. Ya me gustaría tomar el papel de Alicia en el País de las Maravillas donde en un momento dado la protagonista dice: “Este es mi sueño y yo hago el camino”, pero no es posible, las normas ya están escritas, el mando de nuestra vida no lo tenemos nosotros y todo cuanto nos rodea son limitaciones y barreras que impiden el desarrollo de nuestro verdadero ser.

Nos pasamos media vida planeando el futuro y la otra mitad hablando de él, nos olvidamos del presente porque en el fondo seguimos soñando, como lo hacíamos los primeros años pero a otro nivel, no sé si más idealista, más iluso o más absurdo quizás, dado que aún conociendo las posibilidades insistimos en volver a ponernos esa adorada venda.

Aún con todo esto, no pienso conformarme, aunque este mundo no esté hecho para mí seguiré creando, ilusionándome, soñando.

Seguiré viviendo en mi mundo de fantasía.

1 comentarios:

Jorge M. Rodrigo dijo...

Bonito y triste al mismo tiempo, Esperanzador y desesperanzado a la vez escrito con la magia con la que quieres seguir viviendo y espero que entre los dos consigamos vivir en nuestro mundo de fantasía y por eso nos vamos juntos a crearlo y a vivirlo aunque nos digan que estamos locos. Que ilusión vivir con Carla en el País de las maravillas.

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